A Puerto Rico

Un poema para mi país.

Caribe, aguas ecuatoriales,
Sol caliente, cielo azul y gris,
Verano eterno, frío tibio,
Invierno que viene a saludar.

Terruño verde, pequeña Antilla,
Tierra de historias y mucho horror.
Te rodean valles, cerros al centro.
Al este, monte santo, Olimpo fue.

Puerto de riquezas que van al exterior.
Olla de gentes diversas, mestizaje.
Una de vez de unos, ahora de otros.
Siempre sumisa, a la sombra del grande.

¿Qué puedo hacer por ti si no sé quién soy yo?
Respiro indecisión, ambivalencia hay.
Te quiero pero mi voluntad está rota.
¡Que alguien me ayude! ¡Que alguien me diga!

Mi alma es de mi nación. Puerto Rico existe.
Los grandes ocultan mi isla, pero está ahí.
¿Cómo saldrá al mundo Puerto Rico, mi patria?
Identidad, decisión de ser, “¡Soy puertorriqueño!”.

Escrito por Edgardo José Soto Brito

Todo gris

Hoy fue un día raro. En mi librero me reencontré con un libro de poesía que hace un tiempo tomé gratis de una mesa de libros decomisados en la universidad. Lo leí por unos momentos y me sentí inspirado a plasmar en poema mis preocupaciones actuales. He aquí el primero, que surge en esencia de mis lecturas de Nietzsche y de los filósofos existencialistas en general.

¡Vida, vida mía!
Fugaz, andante, tú.
Te haces eterna…
¡Fantasía mía!

Mundo blanco y negro.
Pero, ¡qué se yo de ti!
Yo tan humano, tan yo…
El gris te queda mejor.

Dios ausente, misterio.
Te ocultas. ¡Pobre yo!
¡Mundo gris, vida mía!
Consuelo, te escapas.

Vida mía, vas de prisa.
Corres y no te alcanzo.
Grande mundo, muy complejo,
No te entenderé todo.

Vida gris.
Mundo gris.
Él, Dios, gris.
Todo gris.

Escrito por Edgardo José Soto Brito