El malo soy yo

13 Cuando alguno se sienta tentado a hacer lo malo, no piense que es tentado por Dios, porque Dios ni siente la tentación de hacer lo malo, ni tienta a nadie para que lo haga. 14 Al contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. 15 De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte. (Santiago 1:13-15)

No se cuando comenzó, pero desde hace mucho tiempo he pensado que hay algo mal en mí. Hago cosas que no deseo hacer, pienso cosas que no quiero pensar y vivo como no quiero vivir. No me malinterpreten, no he matado a nadie, aunque pensándolo bien, tal vez a mí mismo.

He intentado echarle la culpa a la sociedad. Veo una programación televisiva que cada vez aporta menos sustancia y sí más chabacanería. Un conglomerado de personas en las calles que piensan únicamente en sí mismos y , de haber algún altercado, pueden hasta matarse unos a otros. Familias disfuncionales: relaciones que no funcionan que son el hogar de la mala comunicación y del maltrato humano. Hoy existe poca conciencia, poco amor, poco diálogo, poca tolerancia, solo un poco de lo que hace grande al ser humano. Pero la sociedad solo puede tener una parte de la culpa.

Le he intentado echar la culpa a Dios. Si conocía el futuro, ¿por qué nos creó? ¿Por qué crear un mundo lleno de sufrimientos? ¿Por qué darnos la capacidad de hacernos daño? ¿Por qué no se muestra ya y nos dice que sí existe? ¿Por qué si nos ama tanto permite que la historia siga su curso sin interrupción y modificación? ¿Por qué si es bueno existe lo malo? Puedo hacer preguntas importantes sabiendo que pocas o ninguna de ellas tendrán una respuesta satisfactoria mientras exista. Pero viendo que existe la belleza, el amor, la música, la vida y tantas otras cosas buenas, parece ser que Dios solo tiene parte de la culpa.

Luego de intentar culpar a otros, intenté culparme y me sorprendí. Soy yo el que no ayudo al deambulante cuando se dirige a mí. Soy yo el que malgasto el dinero en cosas que no necesito. Soy yo el que pierde el tiempo en un mundo imaginario mientras mi familia espera mi compañía. Soy yo el que aparento integridad mientras en la soledad destruyo mi alma. Soy yo el que mira a otros desde arriba. Soy yo el débil que compromete sus convicciones ante la presión. Soy yo el que se cree el único en el mundo en ocasiones. Soy yo el que puede hacer y no hago. Soy yo el que puede cambiar…yo soy el cambio.

Padre mío,

A pesar de mis dudas respecto a la vida, respecto a tus motivos que me son ocultos, me conforta saber que tú no tientas a nadie. Quisiera echarle la culpa a otra gente y a cosas más grandes que yo pero reconozco que en lo que a mí respecta no he sido el mejor. No me dejes caer en tentación; en la tentación del orgullo, de la vanidad y de la complacencia. No quiero morir.

En el nombre de tu hijo Jesús,

Amén.